La vida es una serie de cambios tras cambios. Algunos son más sutiles y emergen con el tiempo, mientras que otros son más notorios y abruptos, pero lo que tenemos claro es que el cambio es lo unico que tenemos asegurado en esta vida. Sin embargo, adaptarse a los cambios en nuestras vidas nunca deja de ser un desafío y requiere un uso constante de herramientas mentales para poder hacerles frente. Ya sea que consideremos que el cambio es en gran medida positivo o en gran medida negativo, puede resultarnos difícil ajustarnos simplemente porque una gran parte de lidiar con el cambio es el duelo por lo que ya no es. Incluso si el cambio que estamos haciendo o que nos ha sobrevenido es principalmente positivo, nosotros, como personas, tendemos a tener miedo de lo desconocido. Nunca debemos sentirnos culpables por temer al cambio, ya que es completamente natural, pero nunca debemos permitir que nuestro miedo nos impida estar agradecidos por todas las diferentes estapas de nuestra vida.
Puede parecer simple, pero a veces es bastante difícil incluso reconocer el cambio que está ocurriendo en nuestras vidas. A veces usamos la negación para posponer el duelo por el pasado y evitar dar los pasos necesarios para aceptar lo nuevo. Necesitamos tomarnos el tiempo para reflexionar y reconocer lo que está sucediendo para poder seguir adelante. Debemos agradecer la situación pasada y todo lo que nos ha enseñado y también agradecer la nueva situación que se nos presenta y todas las oportunidades y lecciones que seguramente vendrán con ella. Reconocer nuestro miedo es importante, pero la gratitud puede ayudar a mitigar sus efectos y evitará que nos sintamos paralizados ante lo desconocido.
Adaptarnos al cambio también requiere que nos cuidemos tanto como sea posible en mente, cuerpo y espíritu para no perder nuestra estabilidad en medio del cambio. El cuidado de nuestro cuerpo se manifiesta de manera diferente para todos, pero generalmente debemos tratar de tratar nuestro cuerpo con delicadeza, alimentarnos bien y mantenernos activos. Nunca debemos subestimar el potencial de una simple caminata o una buena comida compartida con nuestros seres queridos para aumentar nuestros niveles de energía y estabilizar nuestras emociones. Tampoco debemos tener miedo de buscar ayuda profesional o acudir a nuestros seres queridos de confianza. Nunca debemos pasar por los momentos difíciles de la vida complemetamente solos porque necesitamos el apoyo de los demás para adaptarnos a los cambios. Sin embargo, nuestro espíritu también requiere que encontremos un equilibrio entre depender del apoyo de nuestra comunidad y encontrar la fuerza dentro de nosotros mismos. En medio de los cambios, siempre es importante seguir haciendo las cosas que amas para alimentar tu espíritu y ayudarte en cualquier fase de transición por la que estés atravesando.
En tiempos de transición, a veces puede parecer que el curso de nuestras vidas se ha escapado del control de nuestras propias manos. Sin embargo, este no es el caso. Incluso cuando ciertas situaciones están fuera de nuestro control, podemos esforzarnos para controlar nuestras propias reacciones y emociones y de esta manera aprenderemos a cuidarnos en todas las estapas de la vida.