Si tenemos la suerte de tener o haber tenido un padre amoroso, somos verdaderamente bendecidos. Significa que no importa lo que suceda, sabes que tendrás a alguien a quien recurrir y alguien que te ayude a levantarte. A medida que se acerca el Día del Padre, llega el momento de agradecer a todos los hombres amorosos en nuestras vidas que han servido como nuestras figuras paternas, ya sea que sean consanguíneos o no. Todos sabemos que aquellos que consideramos familiares no siempre son consanguíneos y, a veces, tenemos la suerte de tener personas que aparecen a nuestras vidas que nos brindan mucho amor solo porque sí. Ya sea que la figura paterna en tu vida sea consanguínea o no, el Día del Padre es un momento maravilloso para demostrarle a esa persona que aprecias todo lo que ha hecho por ti y para expresarle lo que significa para ti.
Estos hombres en nuestras vidas nos han brindado fuerza y nos han guiado cuando más lo hemos necesitado y ese tipo de apoyo es realmente invaluable. Nos han dado muchas lecciones para vivir al máximo que nos han convertido en las personas que somos hoy en día y, sin duda, no seríamos los mismos sin ellos. Nos han proporcionado tanto palabras de sabiduría como consejos prácticos. Los papás también tienen la habilidad de saber cómo hacernos reír con un chiste bueno y cursi que solo ellos inventarían. Lo más importante es que son leales y nos protegen a toda costa, incluso si eso requiere sacrificio de su parte. Es difícil saber cómo recompensarlos de una manera significativa por todo lo que han hecho por nosotros, pero a veces, simplemente demostrarles nuestra gratitud de la manera que más nos parezca es suficiente para ellos, ya sea con regalos o palabras de afirmación. Sus corazones son grandes, valientes, y desinteresados, y un buen padre simplemente quiere que sepamos que somos amados por ellos.
Sin embargo, para otras personas que han perdido esa figura paterna especial en su vida, el día del padre puede resultarles difícil emocionalmente, ya que les recuerda a la persona que ya no está con ellos físicamente y ya no puede brindarles amor y apoyo en este mundo. Incluso una vez que nuestras figuras paternas nos han dejado en el mundo físico, sabemos que las llevamos en el corazón porque las sentimos en todo lo que hacemos. Sabemos que hemos llegado a donde estamos en la vida gracias a ellos, y que somos un poco más sabios porque hemos aprendido de ellos. Sabemos que el recuerdo de su amor incondicional nos ayudará a superar cualquier dificultad, incluso si no pueden estar físicamente aquí para animarnos. Aquellos a quienes amamos y quienes nos aman realmente nunca nos dejan, sino que una parte de ellos seguirá siendo parte de nosotros para siempre. El Día del Padre es un momento para agradecer las figuras paternas que tenemos y hemos tenido en nuestras vidas y reconocer todo lo que hacen para que nuestras vidas sean un poco más alegres cada día.
