Muchas veces cuando nos encontramos en una situación oscura y complicada, se nos hace complicado ver la luz al final del camino. En estas ocasiones, debemos ser nosotros mismos los que iluminen el camino para nosotros mismos y para los que nos rodean incluso cuando nos hallamos perdidos. Debemos aprender a buscar dentro de nosotros mismos la esperanza de la que carecemos incluso cuando no la hallamos en el mundo exterior.
A lo largo de nuestras vidas, todos pasaremos por situaciones complicadas que podemos llegar a pensar que no seremos capaces de superar. Sin embargo, si nos aferramos con fuerza a nuestra fe y a nuestra luz interior, ciertamente saldremos mas fuertes. Debemos recordar que hasta ahora hemos conseguido vencer cada obstáculo que se nos ha interpuesto en el camino incluso cuando creíamos que no seríamos capaces. Recientemente, el futuro se ha tornado desesperanzador; ponemos las noticias en la tele y vemos como la gente muere, sufre y pierde su sustento. Para muchos de nosotros, resulta complicado asumir toda esa información que nos invade constantemente mientras, a la vez, lidiamos con nuestros propios problemas o ayudamos a nuestros seres queridos con sus problemas.
Para destellar nuestra luz interior y para hacer crecer nuestra fe y esperanza, debemos procurar no olvidarnos de nuestra esencia y recordarnos de lo que hace que nuestras vidas sean plenas. Debemos preguntarnos qué es lo que nos impulsa a seguir adelante cuando las cosas van bien, sean nuestras familias, nuestros amigos, nuestro trabajo o nuestras pasiones y así no perder nuestra esencia y seguir adelante a pesar de todos los males. Ser agradecido y recordarse de lo bueno de la vida es lo mejor que uno puede hacer para no perder la esperanza. Es muy fácil depender de estas cosas cuando las cosas van bien y es igual de fácil olvidarnos de lo bueno de nuestras vidas cuando las cosas no están saliendo como nosotros quisiéramos. Pero si nos mantenemos firmes y nos aferramos a nuestra esencia, haremos que el camino oscuro se alumbre poco a poco. Cuando estamos pasando por una mala racha debemos hacer el esfuerzo de mantener encendida nuestra luz interior con esfuerzos diarios. Todas las tormentas de la vida aflojarán sin importar cuanto duren.
Lo bueno que tienen nuestras luces interiores es su capacidad de expandirse. Una vez enciendes la tuya, harás que tu camino se ilumine y que se te abran las puertas de tu destino e igualmente iluminarás los caminos de los que te rodean. Poco o poco, sin darnos cuento, iluminaremos nuestros mundos y haremos que nuestras comunidades sean lugares de mayor felicidad y confort cuando nos encontremos ante cualquier dificultad.